Lima,
05 de junio de 2023
LIBERTAD Y UNIDAD
Por Antero Flores-Araoz
Por
lo general hay una norma no escrita, pero de obligatorio cumplimiento
en las agrupaciones políticas, la que se puede resumir en “LIBERTAD
ANTES DE TOMAR LA DECISIÓN Y UNIDAD DESPUES DE TOMADA”.
Señalo
lo dicho, dado que en el Parlamento al igual que en los Gobiernos
Regionales y en los Municipios, hay congresistas, consejeros
regionales y regidores municipales, que no respetan lo acordado por
su correspondiente agrupación política.
En el caso de los
parlamentarios, su determinación independentista se pretende
sostener en el precepto constitucional en el sentido que los
congresistas no están sujetos a mandato imperativo.
Por cierto
que los congresistas no están sujetos a mandato imperativo, pero de
afuera, como puede ser el de la agrupación profesional a la que
pertenecen o a las instrucciones del club del que son miembros, o
también por lo dispuesto por quien fuera su empleador antes de
ejercer la representación parlamentaria.
Cosa muy diferente al
prohibitivo mandato imperativo, son los acuerdos que se pueden tomar
en la agrupación política que los condujo como locomotora que jala
vagones, al Parlamento Nacional. El único caso aceptable de
hacer caso omiso a disposiciones partidarias o de bancada, es cuando
se trata de reserva de conciencia, como pudiera ser por ejemplo votar
a favor de la ampliación de la pena de muerte para más casos,
cuando su conciencia está por la defensa a rajatabla de la vida.
Las
agrupaciones políticas y las bancadas parlamentarias, regionales o
municipales, tienen legítimo interés en mantener la unidad de
criterios y la procedimental, por lo que las pretensiones de
disidencia respecto a ellas no pueden ser aceptables de modo
alguno.
Hay que recordar que en las agrupaciones políticas,
como en cualquier organismo colectivo, debe haber exposición de
ideas, debate alturado, y cuando no hay consenso, se debe recurrir a
mecanismo democrático como es la votación.
Cuando uno
pertenece a un colectivo, está renunciando implícitamente a su
decisión individual para acogerse a la que se toma en conjunto, que
como ratificamos es la que se produce por votación, ante la carencia
del consenso que sería lo mejor. De allí la regla de absoluta
libertad para expresar posiciones, proposiciones, interpretaciones y
sugerencias, pero antes de la decisión, ya que después de ella
tiene que haber unidad en la acción, pues ello -insisto- es lo
democrático.
En muchas ocasiones la regla a la que nos
referimos ha sido soslayada e incluso incumplida, y ello se debe
generalmente a que las agrupaciones políticas no han sabido escoger
bien a sus candidatos, actuando como las famosas “combi” que
recogen pasajeros de cualquier lugar y de cualquier calidad.